martes, 20 de noviembre de 2012

Primer año de la era Rajoy.

Tras dos huelgas generales, un rescate a la banca, una reducción del presupuesto público, un descenso de la inversión social, una disminución en tiempo y dinero de las prestaciones por desempleo, y una bajada del gasto en educación y sanidad, Mariano Rajoy observa los números que han quedado tras los recortes, y desde el palacio de Gobierno, La Moncloa, admiten que no están para “celebraciones”.

Desde que ganara las elecciones en noviembre de 2011 ha subido el desempleo, tanto general, como femenino y juvenil; ha aumentado la prima de riesgo y la deuda pública. También hay bajadas: la de la economía y la de la deuda pública, todo en aras de conseguir un dato positivo: que el bono a 10 años baje.


En la calle tampoco están para mucha fiesta. El malestar social también ha ido a peor. No llega al nivel de Grecia, en donde ya han celebrado 25 paros generales en tres años, pero la rabia va en aumento.

Rajoy tiene el triste consuelo de haber conseguido varios hitos en el primer año de su Gobierno. Ha realizado el mayor tijeretazo al presupuesto público que se registre en democracia: 13.400 millones. Ha sufrido dos huelgas generales, algo de lo que no puede presumir ningún otro mandatario. Y ha encabezado el mayor ajuste a las cuentas públicas desde que terminara la dictadura de Franco (65.000 millones en dos años).

Y para poder hacer todo eso, ha tenido que romper con todas las promesas que realizó precisamente hasta hace un año, cuando estaba en la oposición frente al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y durante su campaña electoral.

“Cuando gobierne bajará el paro”. “Meteré la tijera a todo, menos a pensiones, sanidad y educación”, “No subiré el IVA”. “No habrá un banco malo”. “Daré la cara ante las dificultades sin esconderme”. Fueron en su día grandes titulares que dio Rajoy a la prensa española.

El ajuste en 10.000 millones en sanidad y educación, el copago sanitario (el pago extra por el uso de ciertos servicios) o la decisión de dejar sin tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin documentos en regla pasaron a sustituir en los medios de comunicación los grandes títulos que ofreció el presidente español. La troika, conformada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea avalaron el rescate financiero a España.

Luego llegarían la subida del IVA o los recortes a funcionarios públicos, pensionistas y trabajadores dependientes, y el coletazo final llegó, con los presupuestos de 2013, en los que se reducía las ayudas a servicios sociales, cooperación al desarrollo, cultura, infraestructuras e incluso las ayudas a estudiantes con dificultades.

En definitiva, todo un elenco de medidas con las que sabe que hace daño a la mayoria de los españoles, pero que cataloga como imprescindibles, lo que da a entender, que realmente los ciudadanos le importamos bien poco, solo le importa la macroeconomia.

Mi mas rotundo suspenso para su primer aniversario.

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