viernes, 19 de abril de 2019

Bicicleta con o sin suspensiones... el dilema.

Las bicicletas de montaña son un invento relativamente reciente. Nacieron en las montañas de California a finales de la década de 1970, cuando los Tom Ritchey, Joe Breeze o Gary Fisher se tiraban ladera abajo por la cara este de Pine Mountain con unas bicicletas de los años de la Gran Depresión que ellos mismos modificaban.
Desde entonces, las bicicletas de montaña fueron evolucionando hasta que apareció el elemento que mejor las define: las suspensiones. Éstas también han experimentado una fuerte evolución desde que llegaron al mercado. Las simples horquillas de elastómeros pronto se llenaron de aire.
Como funcionó eso de poner una suspensión en la rueda delantera, el paso lógico fue hacer lo propio en la trasera, apareciendo las softails y las suspensiones articuladas. Hoy en día, casi todas las marcas cuentan con amplias gamas tanto de bicicletas rígidas y semi rígidas como de bicicletas de doble suspensión. ¿Cuáles son las ventajas de unas y de otras?


Ventajas de las bicicletas de doble suspensión

La principal virtud de las bicicletas de montaña de doble suspensión es su mayor comodidad. Al movernos por terrenos irregulares, las vibraciones que provocan estas irregularidades se transmiten al ciclista. Cuando llevas una ruta de cinco o seis horas, hasta la más mínima ondulación puede acabar provocando innumerables dolores.


Una buena suspensión trasera mitiga esas filtraciones del terreno haciendo mucho más cómoda la experiencia de montar en bicicleta. Relacionado directamente con esto está la sensación de mayor descanso físico que tenemos cuando terminamos una ruta. Si vas a realizar largas rutas por pistas, senderos y zonas sin asfaltar, es recomendable comprar una bicicleta de montaña de doble suspensión.
Si bien las dobles suelen ser más pesadas y cuesta arriba requieren de un punto más de esfuerzo, no menos cierto es que nos ahorran muchos golpes que se filtran a la espalda, lo cual, acaba redundando en menor dolor. Las bicicletas de doble suspensión son recomendables para quienes sufren de dolores de espalda.
Además, al comprimirse el amortiguador aumenta el recorrido entre los ejes de las ruedas, y a mayor longitud de éstos, más estable la bici.
Y lo más divertido de todo, con una bicicleta de doble suspensión  y un poco de pericia, se puede ir por más sitios de los que podrías ir con una rígida. Cuando te tiras por según qué tramos de piedras, contar con un amortiguador que se trague el golpe de la rueda trasera al caer sobre las piedras será la diferencia entre seguir sobre la bici o tener que bajarte de la misma, a veces de forma poco ortodoxa.
Cierto es que la técnica de cada cual es lo que más cuenta, pero unas manos inexpertas encontrarán más sencillo el mismo tramo técnico con una bicicleta de doble suspensión de 140mm de recorrido que con una rígida de 100mm. Y unas manos expertas ya no os cuento. Incluso se puede decir que son más rápidas que las rígidas, pues al rebotar menos la rueda trasera, no pierdes tracción, y puedes seguir pedaleando en zonas donde con una rígida tienes que levantarte del sillín y dejar de dar pedales.


Ventajas de las bicicletas de montaña rígidas

Si hay algo que juega en contra de todos los ciclistas, sobre todo cuando vamos cuesta arriba, es el peso, y en este aspecto las bicicletas rígidas son imbatibles. Sin entrar en materiales y gamas, normalmente una bici de suspensión rígida es más liviana que una doble, puesto que no equipa todo el sistema de amortiguación trasero, que incluye el triángulo trasero, las bieletas, el amortiguador y la tornillería. Todas estas piezas pueden llegar a sumar hasta más de un kilo.
También está el factor rigidez. Cuando pedaleamos sobre una bicicleta rígida la fuerza de nuestra pedalada se dirige al pedalier, y como entre el sillín y dicho pedalier lo único que tenemos es una barra recta y sólida, conseguimos transmitir casi totalmente la fuerza de nuestra pedalada, produciendo un empuje mayor.
Es importante tener en cuenta también que una bicicleta de suspensión rígida cuenta con una mayor simplicidad. Independientemente de todas esas tecnologías de fabricación del cuadro que nos cuentan los fabricantes, al final un cuadro rígido son cuatro o cinco tubos soldados entre sí, o una pieza hecha en un único molde. Esto nos ahorra complejas piezas y accesorios, y a menos piezas, menos cosas se pueden romper.
Además, esta simplicidad está unida al beneficio más importante en muchos casos: las bicicletas rígidas son más baratas. Al carecer del amortiguador y el sistema de suspensión de las dobles, las rígidas consiguen un ahorro de costes que se traduce en un precio menor a la hora de su adquisición, o un mejor equipamiento para el mismo desembolso.

Comodidad vs agilidad

¿Cuál elegir? ¿Son mejores las bicicletas de montaña rígida o las de doble suspensión? Cada tipo de suspensión tiene sus pros y sus contras. En el caso de las dobles, la principal ventaja es la comodidad. Las bicicletas rígidas destacan por su agilidad y ligereza. Hay muchos factores que deben tenerse en cuenta antes de decidir cuál comprar: el tipo de terreno por el que se va a rodar, la edad, la salud, la técnica de conducción, el presupuesto…

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