Quizá no sea tan potente como otras, pero sus 11 gramos de peso y sus dimensiones de 30 × 27 × 27 mm creo que la hacen imbatible si nos queremos convertir en espías o atrapar esas preciadas y tan deseadas imágenes en las que el fotógrafo pasa completamente desapercibido en un ambiente más íntimo donde de otra manera sería prácticamente imposible (como por ejemplo un vagón de metro o cualquier otro sitio donde las distancias son cortas).
Es cierto que hay muchísimas cámaras igual o aún más pequeñas en el mundo de la micro-electrónica, pero la diferencia que veo es que ésta sí tiene forma de cámara – imita a una DSLR normal y corriente – y además es autónoma (no es simplemente un captador que tiene que estar conectado a un controlador con alimentación y unidad de almacenamiento), pudiéndola utilizar como cualquier otra cámara corriente y permitiendo hasta utilizar un disparador remoto.
Además si la queremos la podemos comprar en Japón a un precio de tan sólo 95 dólares.
Mola... Estas cosas sond e espia total para luego colgarlo en el youtube
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