
Destrozado por las olas
Fue una noche muy larga para los profesionales de El Musel y para la autoridad marítima. El remolcador 'Faneca' que arrastraba el buque desde costas inglesas no pudo controlar la situación y, una vez rotos los amarres, fue imposible reconducir el barco, que quedó totalmente a la deriva. Se intentó subir a bordo, pero el fuerte oleaje obligó a descartar esa posibilidad. El carguero, sin tripulación, recorrió en pocos minutos la distancia entre la bocana de El Musel y el cerro de Santa Catalina y fue a estrellarse contra la zona conocida como 'el Apagaderu', en el Fuerte Viejo, a unos 200 metros de la piedra 'El Cuervu', muy cerca del inicio del muelle de Lequerique.
El 'Newcrest' era un carguero de considerables dimensiones. Botado en el año 1959 en Belfast (Irlanda del Norte), tenía 147,33 metros de eslora, 19,13 metros de manga, 8.537 toneladas de registro bruto y 12.534 toneladas de peso muerto. Un problema importante si se tiene en cuenta que, casi desde el primer momento, quedó más que claro que habría que desguazarlo en el lugar del naufragio. El temporal había castigado su casco de tal manera que se hacía inviable la posibilidad de intentar reflotarlo, aunque sólo fuera para trasladarlo hasta El Musel. A ello, se añadía la preocupación por una posible contaminación por combustible. En los tanques del barco se calculaba que habría entre 20 y 30 toneladas, cantidad pequeña al navegar el carguero remolcado. Desde el Ayuntamiento de Gijón se tomaron desde el primer momento todas las medidas correctoras y aunque aparecieron algunas pequeñas manchas, la contaminación no fue muy importante.
Meses de trabajos
Empezó, entonces, una carrera entre las autoridades municipales para tratar de desguazar el buque cuanto antes. El día 22 de febrero, apenas dos semanas después del embarrancamiento, la Comisión Municipal Permanente adjudicaba el desguace en el mismo lugar del accidente a Desguaces Heme. El plazo, cuatro meses. Se tenía especial interés en dejar la zona limpia antes de que comenzara la temporada de baños. La realidad fue mucho más compleja. El buque seguía sufriendo los rigores del oleaje y cada vez estaba más destrozado. Parte de la chatarra extraída, no sin pocas dificultades, se iba almacenando en el cerro para transportarla, luego, en camiones.
De todas forma, llegado ya el verano, el 24 de junio, aún trataban de sacar los restos del carguero con una grúa instalada en el cerro de Santa Catalina. La dificultad era evidente porque la distancia al casco, unos 70 metros, hacía inviable subir piezas de gran tonelaje. Se habló de trabajar con una grúa instalada en una pontona de más de 50 metros de larga por 30 de ancha. La iniciativa se descartó porque no era técnicamente posible. Con todo, el puente, la chimenea y la cubierta ya estaban en tierra, pero quedaba mucho barco aún en la mar, sobre todo la 'zapatilla', una parte del cigüeñal y la hélice.
Había pasado ya la temporada fuerte de verano y, a principios de setiembre, el Ayuntamiento de Gijón, que entonces presidía el socialista José Manuel Palacio, reconocía que aún quedaban en la mar unas 1.400 toneladas del buque. No había forma de desguazarlo sin asumir muchos riesgos y llegó a ponerse sobre la mesa la posibilidad de dinamitar los restos. Como el caso de la pontona, también se descartó. Los restos del 'Newcrest' fueron sacados casi con cuentagotas durante ese otoño y el buque pasó a la historia, aunque nadie descarta que parte de su 'zapatilla' siga formando parte del paisaje submarino de los acantilados del cerro.
El carguero de pabellón liberiano fue el primero de los embarrancamientos de la democracia en aguas gijonesas. Sus consecuencias no fueron muy importantes, si se comparan con el daño ocasionado sobre todo por el 'Castillo de Salas', que embarrancó el 11 de enero de 1986 con casi 100.000 toneladas de carbón en sus bodegas. El mineral acabó en el fondo del mar y forma parte, desde entonces, del paisaje de la playa de San Lorenzo. El 'Vakis Tsakiroglou' embarrancó el 16 de abril de 1989, pero pudo ser reflotado y remolcado a El Musel días después y tras no poca incertidumbre sobre su futuro. Llevaba 89.505 toneladas de mineral de hierro. El 'Grand Felicity' y su 'escapada' de El Musel también forma parte de esta reciente historia de accidentes en la costa gijonesa.
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